«Aldaia, l’empremta del barranc», una obra para sanar desde la ética y la unidad

21 de noviembre de 2025


Aldaia presenta lo que nace como un nuevo paso hacia la recuperación y la sanación colectiva después de todo lo vivido y sufrido con la Dana del pasado 29 de octubre de 2024. Así llega una obra de teatro ‘realista’ al escenario del TAMA, este domingo a las 18h

uli Disla y Jaume Pérez han creado un guion, a petición del Ayuntamiento de Aldaia, basado en las experiencias y entrevistas realizadas a muchas personas de las asociaciones del pueblo que han participado y se suman en ‘Aldaia, l’empremta del barranc’. Así la nueva propuesta, dentro del programa SANEM de Servicios Sociales Municipales del Ayuntamiento de Aldaia, suma sobre el escenario a profesionales como Iris Lezcano trabajando con vecinos y vecinas, que cuentan su experiencia real, para crear una atmósfera que, con los psicólogos y especialistas en la materia, ayudará en el camino de la superación de la tragedia. Sin espectacularizar, sin recrearse en el dolor, y con todo el respeto y cura…
Hablamos con los creadores Juli Disla y Jaume Pérez, con la regidora de Servicios Sociales de Aldaia, Empar Folgado, y la actriz aldaiera, Iris Lezcano, para descubrir más sobre la obra que se estrena el domingo 23 de noviembre, en el TAMA.

P: Què és Aldaia, l’Empremta del Barranc?

Empar Folgado: Por lo que he visto, es una obra muy coral, en la cual participan profesionales, actores y actrices, junto a personas que habían hecho teatro amateur en el Club de Ocio… Y, ¿qué es lo que pretendía ser, cuándo hice el encargo? Desde el principio, buscamos que nos condujeran en este camino para superar la tragedia de la Dana y Bernardo Ortín es el terapeuta que nos ha ido conduciendo durante todo el año para intentar coser las diferentes sensibilidades que Aldaia tenía. Tenemos 1.900 casas afectadas, en las cuales hay diferentes grados de afectación, frente a 4.000 o 5.000 casas más que han perdido menos o nada. Había que ver de qué manera nos encontrábamos, nos reconciliábamos: se tenía que hacer algo comunitario juntos. Bernardo es quien nos ayuda y creamos un marco, que son las tres R: reconciliarnos, reencontrarnos y reaccionar…

Bajo el paraguas de las tres R, hacemos una actividad que es de psicología y terapia comunitaria, que es Sanem Comunitat, y ahí nos dijo que teníamos que unirnos en el dolor de las víctimas, por eso hicimos un ‘In Memoriam’, y que igual que la música es terapéutica, el teatro también. Nos aconsejó que hiciéramos una obra de teatro en la cual pudiéramos participar y pudiéramos expresar lo que sentimos y cómo hemos vivido esto. Y, evidentemente, buscamos a Juli Disla, que es nuestro estandarte de referencia en Aldaia y la persona que saca adelante el proyecto.

Ellos propusieron incluso el título, que es ‘Aldaia, l’empremta del barranc’, y yo me reía porque tendría que ser la impronta del ‘barranquet’, porque es un ‘barranquet’ lo que hemos tenido toda la vida. Y, bien, en sus manos nos hemos puesto. Se han reunido con muchísima gente de las asociaciones y ahora os explicarán quién es Jaume, quien es Juli, y cómo está siendo todo este proceso.

Juli Disla: Aldaia, l’empremta del barranc’ es lo que nosotros hemos entendido desde el encargo que el Ayuntamiento de Aldaia nos hace, de introducirnos en la comunidad y en el proceso en que se encuentra cada cual o una parte, y traducirlo en arte y en creación. Este título tiene mucho significado. Pensábamos que era importante mantener el nombre del pueblo en el título porque es una obra local, con todas las particularidades de Aldaia. Y ‘l’empremta del barranc’, pensamos que transciende más allá de los hechos del 29 de octubre. El barranco es el ‘barranquet’, evidentemente, no es el del Poyo, es nuestro ‘barranquet’, que es el que nos ha marcado la vida, de alguna manera, durante muchísimos años y en muchos aspectos. La obra también ha abarcado un proceso de escucha a la ciudadanía, que era lo que se nos había encomendado.

Jaume Pérez: Por supuesto, intenta tener una función sanadora, pero lo que se diferencia no es tanto de la gente que hace terapia haciendo arte, sino que el arte tuviera su función. Es decir, ante todo, tenía que ser una pieza artística y que tuviera un valor artístico, para que el efecto, de alguna manera, catártico, tuviera sentido. Nuestro trabajo, como artistas, ha sido escuchar la comunidad y, con esto, darle una forma artística.


P: ¿En quien pensáis o a quién va dirigida, principalmente, la obra?

Jaume Pérez: Yo creo que a los vecinos y vecinas de Aldaia, y también a mucha gente que ha venido y que no es de Aldaia, que son parte de una comunidad. Porque yo creo que, sobre todo, es esto, ¿no? Tener la sensación de pertenencia.

No hay una competencia de quién es el más afectado. Trabajamos, sobre todo, la idea de la empatía, de también conocer que no todos están afectados, que conviven muchas maneras de estar afectado, y esto potencia más precisamente la comprensión y la empatía.

Juli Disla: En el proceso de escucha, nos hemos dado cuenta que, evidentemente, la afectación es global en todo el pueblo, que da igual, incluso, cuál es el nivel de afectación, porque el dolor puede ser igual de intenso. Hay un paréntesis, por supuesto, que son las víctimas mortales, pero a nivel de las cuestiones materiales no hemos querido tener esto tanto en cuenta, sino que sea una cuestión más emocional, más interna, más de luto, de comunidad, de todo el pueblo.

Empar Folgado: Esto es importante, el reencontrarse, reconciliarse… cada uno en sus situaciones, en sus circunstancias, en este sufrimiento que están contando. Y yo sí que tengo que decir que tengo mucha gratitud hacia ellos por todo el tema de la escucha activa que han hecho. Me han contado algunas asociaciones que ha sido muy buena la charla con ellos, porque no es como charlar un día antes. La gente, cuando ha tenido las entrevistas con ellos, tenía ganas de hablar, y los escuchaban dos y tres horas, con tiempo… Ellos también dicen que esto ha sido muy difícil montar una obra de teatro con tantísimas sensibilidades y tantísimas miradas, ¿no? Y la gente, con ellos, se ha encontrado muy a gusto para abrirse.


P: ¿Ha sido fácil que participaran, que las asociaciones de personas afectadas aceptaran?

Juli Disla: A nivel de los colectivos, nos hemos encontrado una predisposición absoluta a habla, a ser escuchados, a participar. Pero también se entendían los “yo todavía no puedo ir”. Quizás se imaginan algunas cosas, lógicamente, porque la mente te echa hacia allá, ¿no? Pero, en general, hemos encontrado apertura absoluta, una predisposición muy generosa por parte de los colectivos, y especialmente por las 15 personas que participan como intérpretes en la obra que cuentan su historia. Hay algunas más dolorosas que las otras, y bien es verdad que la generosidad de compartir en el proceso, de ensayar, de repetir, de confiar que nosotros elegimos una información y no elegimos otra… Para nosotros ha sido un proceso muy intenso, muy enriquecedor y muy emocionante.


P: ¿Cuántas horas de trabajo hay detrás? ¿Cuánta gente sobre el escenario?

Juli Disla: El proceso de escucha empezó en julio. Continuamos en septiembre y empezamos a ensayar en mitad de mes, donde ya teníamos la información para transformarla en escenas. Durante la mitad de septiembre hasta ahora hemos estado ensayando con 15 personas, que son las que están en el escenario. De las 15 hay ocho personas del Club de Ocio, personas de una edad más avanzada, que se han dejado la piel y veréis qué capacidad tienen, más allá del nerviosismo que puedan tener, lógicamente, de estar en el escenario. Por otra parte, contamos con profesionales que también se han ofrecido y han sido; y, después, otro nivel, que es gente semiprofesional o amateur.

Además, hay un grupo matriz con el que hemos construido la obra, de la cual hemos sacado la información del resto de afectadas, asociaciones, colectivos y personas concretas. Además, también se tiene que decir, el Ayuntamiento, en este sentido, lo tenía claro: quería una propuesta profesional. Y tenemos un grupo de profesionales: Marc Gonzalo en la iluminación, Carles Salvador en el espacio sonoro y la música, Nacho Carrascosa en los visuales y Maria Almudéver en el vestuario, quienes se han volcado absolutamente en el proyecto.

P: También hay otras disciplinas, ¿no? ¿Qué más se podrá ver o vivir en el escenario?

Juli Disla: La Escuela de Danza de Aldaia participa, la escuela de teatro también… Lo que queríamos es que la propuesta fuera profesional, pero la gente que participa no lo es, y no tiene que serlo. No son personas que tienen que hacer un trabajo de actor profesional, aunque lo hacen de fábula. Yo creo que lo que es realmente emocionante es ver su generosidad ante el escenario, ponerse arriba y contarnos su historia. Yo creo que la parte más emotiva es precisamente cómo toda la gente que participa sostiene esta propuesta, desde todo lo que sabe hacer, y lo hace todo el mejor que puede. Esto es emocionante.

P: Entre todas las historias que habréis escuchado, ¿como se elige?

Juli Disla: Cada intérprete cuenta su experiencia. Sea la que sea. Las palabras las hemos elegido nosotros a partir de su historia. Hemos hecho una elección de fragmentos, de lo que consideramos que es más importante, manteniendo también cierta discreción, que no sea sensacionalista, ni de luto por el luto, porque no es una cuestión de revivir, sino de recordar. Y lo que hemos hecho después es que hay muchos elementos en común en todas las personas afectadas. Esto está en la obra, porque son puntos coincidentes en las personas afectadas. La alegría de recibir a los voluntarios, o la figura de la ayuda recibida, también. Porque había una expresión que se repetía mucho, el “menos mal que…”

Jaume Pérez: La idea es nadie pretende representar qué es el dolor de la Dana, ni hay una cosa genérica. Hay muchas voces, todas válidas, para hablar de la experiencia. Tantas voces como personas y como sensibilidades. Los que están no pretenden representar a los que están fuera, pero hablan de cosas en común, donde se pueden ver.

P: Cómo os habéis preparado vosotros? Porque al final la gente descarga mucho y los que lo estáis escuchando… ¿os habéis preparado de alguna manera? Al final, ¿te lo llevas a casa?

Jaume Pérez: El espectáculo nos reconforta, porque se sostiene desde una acción real de gente que quiere hacerlo. Se nota una templanza, una manera de aceptar lo vivido. Es un ejemplo tan potente, el aprecio entre la gente que participa, que en realidad no he sentido que tenía que prepararme para una situación dura, sino como un privilegiado por haber estado junto a estas personas, miedo compartir este proceso.

Empar Folgado: Gracias, yo creo que con todo lo que habéis hecho en todas las entrevistas, la gente se ha volcado con vosotros. Vosotros no sois terapeutas, claro, sois actores, y os dedicáis al arte, pero la gente sí que se ha volcado y ha contado todas las historias, y a partir de allí habéis hecho el guion. Quiero decir que no ha sido fácil, claro que no ha sido fácil.

P: Y han trabajado aquí también psicólogos, llevas la Concejalía de Servicios Sociales, pero también de Cultura, que al final van de la mano, los profesionales dicen que este es el camino...

Empar Folgado: Bernardo ha estado con ellos guiándolos. Yo no lo sé exactamente, porque no he estado en las conversaciones, pero yo sabía que Bernardo estaba detrás de todo esto, porque no se les podía dejar solos, tampoco. Tú encargas el pedido, y cuando se ha puesto encima de la mesa Bernardo dice: “Hay que hacer teatro porque es sanador”, yo lo tenía clarísimo. A partir de ahí, yo sabía que Bernardo no los iba a dejar solos, y ha estado en los ensayos. Y lo que no han hecho con los terapeutas particulares lo han hecho con ellos, eso sí que lo sé. Hay mucha gente que me dice que iba al terapeuta y no le ha confesado lo que a Juli y a Jaume los ha dicho. El único que puedo darles es las gracias en nombre del vecindario de Aldaia por este trabajo.

P: Da tranquilidad, ¿no?

Juli Disla: Con Bernardo Ortín hemos trabajado conjuntamente en el proceso, porque nosotros teníamos terrenos donde no tenemos que meternos, y había una supervisión. Cuando había una duda, la planteábamos. ¿Cómo enfocar? Porque es una tragedia, enfocar el luto, enfocar la alegría, la recuperación… cómo enfocar esto sin caer en cosas que van a la contra de la psicología o de la terapia. Esto es lo que hemos trabajado, compartir con ellos nuestras inquietudes y nuestras propuestas, para dar con el visto bueno necesario de un profesional para un tema tan delicado. La parte artística ya la hacemos nosotros, pero el contenido estratégico, por decirlo de alguna manera, sí es necesario.

P: ¿Cómo invitamos a la gente a que venga el domingo a las 6 de la tarde al TAMA? ¿Qué van a encontrar?

Jaume Pérez: Para empezar, no se encontrará una espectacularización sobre el tema del dolor, sobre la Dana, sobre el sufrimiento. No hurgaremos en las emociones, no se trata de revivir, sino de escuchar y procesar. De tal manera que el trabajo que verán aúna las sensibilidades de todos los que estamos haciéndolo. Gente que ha estado muy pendiente porque no tratamos el tema desde lugares poco prudentes y que lo que se pretende es hacer un trabajo que sirva, que tienda puentes. Los que están sobre el escenario están haciendo un acto de amor, de aprecio y de cura enorme, entonces creo que este espectáculo es una manera de cuidarse. Y la gente que ha ido viniendo nos ha contado que agradece mucho esta ética que tiene el espectáculo. Yo creo que hay una ética política, por cómo se genera este espectáculo; hay una ética también profesional a nivel, por supuesto, terapéutica y, después, hay una ética artística. Entonces, sobre todo, es un gesto más, no pretende ser el gran gesto, ni pretende cambiar nada, pero creo que siempre es bienvenido y además se agradece.

P: Empar, el camino es costoso, pero vamos avanzando, ¿no?

Empar Folgado: Yo creo que sí, es la última actividad de esas tres R de este año. Esto no quiere decir que acabe, en enero empezamos otra vez, porque creo que es importante que esto no se olvide, que es lo que dice Bernardo.

Yo sí que invito a todos los vecinos y vecinas que puedan venir a ver el espectáculo. Yo lo he visto a trocitos, me ha gustado un montón, hay veces que esto que te toca un poquito el corazón, y si es así doy media vuelta y me voy, porque yo ya no quiero llorar ante el público, ya lloraré en casa… Creo que es importante que la gente vea todo lo que ellos han dicho.

P: Para acabar, Juli, ¿cuál es la conclusión que se puede sacar de todo esto? ¿Cómo cerraríamos?

Juli Disla: La conclusión final de la obra para mí es la escena final, y no lo desvelaremos. Yo me quedo con la reivindicación de la gente como pueblo y como comunidad, que es lo que hemos intentado no tanto trabajar, sino que es lo que ha salido a partir del trabajo. No lo buscábamos, pero lo hemos encontrado. Más allá de las discrepancias ideológicas o de cualquier discrepancia, hemos encontrado una reivindicación de sentirse pueblo, de sentirse comunidad… y con esto me quedo.

Iris Lezcano, actriz, aldaiera y, en este caso… ¿protagonista?

Iris: Una de ellas, ésta es una obra muy coral, la verdad es que salimos todos más o menos igual y es un placer haber participado en esta obra.

P: ¿Cómo describirías ‘Aldaia, l’emprenta del barranc’?

Iris: Es una catarsis de algo que había necesidad de contar, una manera de darle salida a todo este huracán de emociones que nos han ido pasando a lo largo de todo este año desde la Dana y bueno, una oportunidad de contar a través de la obra, la manera en la que nos sentimos, y de sentirnos escuchados.

P: ¿Cómo te planteaste aceptar trabajar en algo así? Como dices: en casa, con la familia muy afectada, tu pueblo…

Iris: Pues en el momento en el que supe que estarían mis hermanas, mi primo, mi cuñado… dije: “yo tengo que estar también en el proyecto, no hay duda”. Es un tema que quiero contar, que es el proyecto de los más especiales en los que he estado porque, como he dicho, nos toca muy de cerca y creo que es un tema al que tenemos que dar visibilidad.

P: ¿Qué preparación ha requerido, no sé si especial, al ser un tema tan propio y delicado?

Iris: La preparación han sido muchos ensayos con Jaume y con Juli, que la verdad, han hecho un trabajo excepcional. Creo que han tenido una sensibilidad para saber parar los ensayos, para escuchar a las personas que tenían necesidad de desahogarse en momentos clave. Lo han hecho desde una visión que no tiene nada que ver con hurgar en la herida, entonces creo que no va a ser doloroso verlo como espectador y estoy fascinada con su trabajo, los admiro muchísimo.

P: ¿Ha habido algún momento complicado? Porque trabajáis profesionales y no profesionales en el escenario…

Iris: Sí, sí, claro que los ha habido. Como decíamos, es muy liberador, muy terapéutico y, claro, al contar esta historia hay momentos de romperse durante el proceso de ensayos… y han sabido escucharnos y hemos sabido apoyarnos. Se ha creado aquí un vínculo muy bonito también entre todos los actores.

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